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Población y emisiones

La conexión entre las tendencias de la población y el cambio climático

A pesar de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC), que incluye más de 2.500 científicos de 150 países, ha asegurado que la población es una de las causas principales de las emisiones de efecto invernadero, son pocos los estudios que han comprobado los efectos reales de las tendencias de la población sobre el cambio climático.
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People And Emissions
Copyright: leremy 

A pesar de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC), que incluye más de 2.500 científicos de 150 países, ha asegurado que la población es una de las causas principales de las emisiones de efecto invernadero, son pocos los estudios que han comprobado los efectos reales de las tendencias de la población sobre el cambio climático. Basándose en evidencias científicas existentes, Leiwen Jiang y Karen Hardee estudian cómo las tendencias demográficas afectan el cambio climático y discuten el papel que podrían ejercer las políticas en dicho proceso.


 


El tamaño no es lo único que importa


Una gran parte del efecto invernadero se relaciona con la actividad humana. En este sentido, el informe publicado por el IPCC, Special Report on Emission Scenarios (SRES), ha identificado el crecimiento de la población, el crecimiento económico, el cambio tecnológico y los cambios en los patrones del uso de la energía y de suelo como las principales fuerzas impulsoras del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, casi todos los análisis y modelos sólo han considerado una variable demográfica: el tamaño de la población. Esta simplificación parte del supuesto de que cada individuo tiene el mismo comportamiento productivo y de consumo. Pero según Jiang y Hardee, esto puede ser inexacto y engañoso. Al hacer predicciones sobre el futuro cambio climático deberían considerarse, además de los cambios del tamaño de la población, las principales tendencias demográficas, como la reducción del tamaño del hogar, el envejecimiento de la población y la urbanización. 


 


La urbanización, el envejecimiento y sus consecuencias


Según las recientes proyecciones de población de las Naciones Unidas, el futuro crecimiento demográfico se producirá principalmente en el mundo en vías de desarrollo (Tabla 1). El mundo será también más urbano, ya que la población urbana pasará del 48% en 2005 al 70% en 2050. Por consiguiente, casi todo el futuro crecimiento de la población se producirá en las áreas urbanas del mundo en vías de desarrollo. Las consecuencias previstas del creciente número de personas que viven en áreas urbanas son: el aumento de la escala económica, la innovación técnica, el acceso a la información, el uso eficiente del suelo y la energía, y el descenso de las tasas de fecundidad. Todas estas cuestiones pueden contribuir a la reducción del consumo de energía y las emisiones de carbono a largo plazo. Por otra parte, la población rural de hoy en día también se encuentra “urbanizada”, por lo que sus patrones de consumo y su estilo de vida cambian con el aumento de la productividad laboral.


 



Tabla 1: Importantes tendencias demográficas globales 2005-2050


 


Otro de los fenómenos que se producirá, tanto en el mundo en vías de desarrollo como en el desarrollado, es el del envejecimiento de la población. Se estima que la proporción de personas mayores (60 y más años) aumentará significativamente en todo el mundo, pasando del 10% en 2005 al 22% en 2050. Los cambios en la estructura por edad de la población causan grandes transformaciones en los hábitos de consumo y en las estructuras de ingresos, teniendo como consecuencia variaciones en el uso de la energía y en las emisiones de carbono. Por ejemplo, el envejecimiento de la población podría generar una reducción en la demanda de transporte, pero, por otra parte, podría incrementar la  energía utilizada para calefacción y refrigeración. El envejecimiento de la población conllevaría, en general, a una reducción en la productividad laboral y, por lo tanto, en el consumo de energía.


A pesar de que las conclusiones relativas al efecto de la urbanización y del envejecimiento sobre las emisiones son complejas, un estudio que analiza los efectos combinados sobre la residencia urbana-rural y la estructura por edad de los hogares en China ha demostrado que las emisiones anuales de carbono del país aumentarán claramente (Figura 1). Estas estimaciones son un 45% más altas para 2100 que las predicciones que no tienen en cuenta el envejecimiento y la urbanización.


 



Figura 1: Impacto del envejecimiento y la urbanización sobre las emisiones de carbono en China


 


Análisis similares realizados en los Estados Unidos sugieren que, bajo determinadas circunstancias, la repercusión de los cambios en la composición de la población, como el envejecimiento, sobre las emisiones de carbono es incluso mayor que la generada por los cambios tecnológicos (Figura 2).


 



Figura 2: Impacto del envejecimiento y la tecnología sobre las emisiones de carbono en EEUU


 


Hogares más pequeños, mayores emisiones


Los cambios internos de la composición de la población son otra de las cuestiones que se analizan en este trabajo. Jiang y Hardee sugieren que para medir el consumo de energía, tiene mucho más sentido utilizar el número de hogares como unidad de consumo en lugar del número de individuos. Cada vez más hogares constan de una o dos personas, especialmente en el mundo desarrollado, una tendencia que no da señales de cambio: las proyecciones de los hogares tanto en los países más desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo confirman que una mayor proporción de la población vivirá en hogares más pequeños, lo que conducirá a un aumento del número total de hogares. Como el consumo de energía per capita de los hogares más pequeños es significativamente mayor que el de los hogares más grandes, se espera que se produzca un incremento en el consumo total de energía, incluso en un contexto en el que la tasa de crecimiento de la población se haya desacelerado.


 


Las repercusiones de las respuestas políticas


Cuando se trata de adaptar las políticas y estrategias sobre el cambio climático, no debería ignorarse la cuestión poblacional. Jiang y Hardee recomiendan políticas que faciliten el acceso a los anticonceptivos, a los métodos de planificación familiar y a los servicios de salud reproductiva, que fomenten la igualdad de género y la educación de las niñas. Todas estas medidas pueden facilitar la transición demográfica en países en los que existe un desequilibrio entre las tasas de crecimiento de la población y los objetivos sociales, económicos y medioambientales. Estas medidas pueden ser parte de una estrategia para un futuro demográfico más sostenible, llamado a desempeñar un papel crucial en la reducción y adaptación del cambio climático.


 


 


Please note that only the English version is citable as this is the version that has been approved by the author(s). Please cite the PopDigest as: Robles, Isabel (2012): People And Emissions: The connection between population trends and climate change. PopDigest 34. Berlin: Population Europe. Available at: http://population-europe.eu/pop-digest/people-and-emissions. (Date of Access)


This Population Digest has been published with financial support from the Progress Programme of the European Union in the framework of the project “Supporting a Partnership for Enhancing Europe’s Capacity to Tackle Demographic and Societal Change”.