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Más vale tarde que nunca

La relación entre el retraso de la maternidad y el nacimiento del segundo hijo

El efecto del retraso del primer nacimiento difiere de un país a otro y su repercusión varía en función de las características institucionales y socio-culturales de cada país. Bratti y Tatsiramos se centran en el estudio de diez países europeos: Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Portugal, España y el Reino Unido. Sus análisis se basan en datos altamente comparables del European Community Household Panel.   Los resultados del aplazamiento
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Besser spät als nie
Copyright: ana malin

El efecto del retraso del primer nacimiento difiere de un país a otro y su repercusión varía en función de las características institucionales y socio-culturales de cada país. Bratti y Tatsiramos se centran en el estudio de diez países europeos: Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Portugal, España y el Reino Unido. Sus análisis se basan en datos altamente comparables del European Community Household Panel.


 


Los resultados del aplazamiento


Cuando se produce un retraso en la maternidad, son dos los principales factores a analizar: el biológico y el socio-cultural. El factor biológico es el más obvio ya que la fertilidad disminuye con la edad. Parte de esta evolución puede compensarse mediante el uso de técnicas de reproducción asistida. Sin embargo, no todas estas técnicas se encuentran  disponibles en cada uno de los países europeos; por ejemplo, en Alemania las reglas son estrictas, mientras que en Grecia existe una visión más laissez faire. Por lo tanto, se podría suponer que el factor biológico repercutirá en función del país.


A su vez, la biología influye en el factor sociocultural. Con frecuencia existe una edad máxima considerada como aceptable para ser madre, determinada por normas sociales. Estos principios morales varían de acuerdo con las normas y el entorno de cada país. Las normas socioculturales parecen desempeñar un papel más importante que las razones biológicas. Este podría ser el motivo por el que la accesibilidad a las técnicas de reproducción asistida no tengan necesariamente una influencia significativa. De esta forma, tanto el factor biológico como el sociocultural repercuten en la probabilidad de tener un segundo hijo, especialmente si las mujeres retrasan la llegada del primero.


 


El efecto de la carrera profesional


Una tercera vía explica el retraso en la maternidad de las mujeres trabajadoras: el efecto de la planificación de la carrera profesional presupone que las mujeres que trabajan no tengan hijos hasta haber alcanzado la posición deseada en sus respectivas carreras o hasta haber adquirido una cierta experiencia laboral. Tener ingresos suficientemente elevados para cubrir los costes de un hijo y disponer de dinero suficiente para mantenerse durante una fase de desempleo ligada a la formación familiar también pueden constituir aspectos relacionados con la carrera profesional a tener en cuenta. En contradicción con los factores biológicos y socioculturales, el factor carrera profesional puede producir un “efecto recuperación”, generando un efecto positivo en el número total de hijos.


 


Recuperación satisfactoria de las mujeres


Bratti y Tatsiramos examinan la relación entre el retraso de la maternidad y la posibilidad de tener un segundo hijo. Esta relación varía de un país a otro y también depende del alcance del apego de la mujer al trabajo. Si las mujeres con menor ambición profesional retrasan el nacimiento de su primer hijo, las probabilidades de tener un segundo son menores. El “efecto aplazamiento” se produce mayormente por factores biológicos y socioculturales. Curiosamente, la situación cambia para las mujeres orientadas a la carrera profesional. A ellas se les atribuye el “efecto  recuperación” porque tienen más probabilidades de tener un segundo hijo a una edad relativamente avanzada. Para las mujeres fuertemente unidas a sus trabajos, la orientación a la carrera profesional que motiva el retraso del nacimiento de su primer hijo, proporciona generalmente una mayor experiencia laboral y mayores ingresos. Por tanto, tendrán una mayor probabilidad de ser madres por segunda vez. El efecto es aún mayor cuanto más éxito tenga la mujer. Cuanto mayor sea el nivel de ingresos y la posición en la carrera profesional, más se compensarán los efectos negativos tanto del factor biológico como del factor socio-cultural.


Estas fuerzas tienen diferentes magnitudes en función de las características institucionales de cada país. En particular, el efecto recuperación, es menor en países con una visión tradicional de los roles de la mujer. En las sociedades en las que el “modelo del hombre proveedor” sigue dominando, es menos probable que se produzca el “efecto recuperación”. Por otra parte, el “efecto recuperación” positivo es mayor en aquellos países que facilitan la participación de la mujer en el mercado de trabajo. Las soluciones que favorecen el permiso de maternidad y el cuidado infantil tienen un efecto positivo y significativo. Las mujeres que retrasan el nacimiento de su primer hijo tienden a tener un segundo hijo más tarde en los países en los que se dispone de opciones de cuidado infantil subvencionadas por el estado y en las sociedades en las que se aceptan los modelos de empleo a tiempo parcial.


La Tabla 1 muestra una alta cobertura del cuidado infantil y un gran disponibilidad de oportunidades de empleo a tiempo parcial en Dinamarca y Francia, mientras que en los países del Sur de Europa, como Italia, Grecia, Portugal y España, el acceso a los servicios de cuidado infantil es limitado al igual que la proporción de empleo a tiempo parcial.



Tabla 1: Detalles institucionales y resumen estadístico


 


La división Norte-Sur


Los autores muestran que el “efecto aplazamiento” es extremadamente alto en Irlanda y en los países del Sur de Europa. Por otra parte, en países como Dinamarca, Francia y Alemania, el “efecto recuperación” entre las mujeres trabajadoras es mayor que el efecto de los factores biológicos y socioculturales normativos, siendo el efecto general incluso positivo. Sin embargo, en países como Grecia y Portugal, en los que el efecto positivo de la carrera profesional es relativamente pequeño, el efecto general es negativo, lo que hace que nazcan menos niños.


La Tabla 1 muestra la edad media al nacimiento del primer hijo. Entre las mujeres mayores de 35 años, las de Grecia y Portugal presentan la edad media más baja al nacimiento del primer hijo. Bratti y Tatsiramos lo atribuyen a un mayor rechazo a una maternidad muy tardía en los países del Sur de Europa. Esta división de Norte-Sur parece estar relacionada con las políticas favorables a la familia y refleja diferencias entre los países en los que existe una visión tradicional del papel de las mujeres. Aparentemente, cuanto más favorable a la familia y liberal es un país, más probable es que el “efecto recuperación” ayude a equilibrar algunos de los resultados de la tendencia hacia una fecundidad tardía. Por tanto, las sociedades europeas necesitan aprender la mejor manera de manejar esta tendencia imparable. Para hacerlo, puede ser de gran ayuda morar lo que están haciendo sus vecinos europeos.


 


 


Please note that only the English version is citable as this is the version that has been approved by the author(s). Please cite the PopDigest as: Robles, Isabel (2012): Better Late Than Never: The connection between postponed motherhood and second childbirth. PopDigest 26. Berlin: Population Europe. Available at: http://population-europe.eu/pop-digest/better-late-never. (Date of Access)


This Population Digest has been published with financial support from the Progress Programme of the European Union in the framework of the project “Supporting a Partnership for Enhancing Europe’s Capacity to Tackle Demographic and Societal Change”.