La gran mayoría de los estudios previos sobre la edad y los logros en materia de innovación sugieren que la capacidad de alcanzar resultados novedosos y económicamente relevantes sigue una función curvilínea con la edad, en forma de ‘U’ invertida, siendo las personas de 35 a 50 años las más innovadoras.
Capacidad de innovar a edades tempranas y avanzadas
La literatura sugiere que las capacidades creativas en los campos del conocimiento intensivo probablemente se estabilizan a edades avanzadas. Los jóvenes inventores de estos sectores se benefician de los conocimientos especializados y actualizados adquiridos recientemente en la universidad, mientras que el conocimiento de los inventores mayores tiende a quedar obsoleto debido al cambio tecnológico. En contraste, algunas industrias se caracterizan por desarrollar largos ciclos de innovación. Por ejemplo, en las industrias química y farmacéutica o en la ingeniería mecánica los inventores más jóvenes pueden seguir confiando en el conocimiento actualizado, pero los inventores de edades más avanzadas pueden ser capaces de alcanzar logros similares basándose en su experiencia.
De acuerdo con Frosch, aún no se conoce hasta qué punto el desempeño innovador de los trabajadores depende de la edad . En este contexto, cuando se trata de evaluar la capacidad de innovación en función de la edad de los trabajadores, vale la pena considerar cuatro aspectos que se describen a continuación.
Los obstáculos a evitar al evaluar el desempeño innovador por edad
Una primera cuestión es asegurarse que todas las contribuciones a la innovación, directas e implícitas, sean consideradas. Por ejemplo, los trabajadores de edades más avanzadas pueden mejorar las innovaciones de los más jóvenes haciéndose cargo de funciones de gestión o compartiendo su conocimiento y experiencia. Así, a pesar de no ser nombrados en las solicitudes de patentes, su contribución en el proceso de invención puede haber sido considerable. Este obstáculo puede sortearse observando la contribución general de las edades más jóvenes y más mayores de la plantilla de trabajadores, en vez de centrarse en los logros individuales en materia de innovación por edades.
Un segundo aspecto a considerar es el riesgo de confundir la edad con los factores determinantes de la innovación relacionados con la edad, por lo general en detrimento de los trabajadores de mayor edad. Por ejemplo, las compañías más antiguas tienden a tener una plantilla de mayor edad y, al mismo tiempo, instalaciones de producción anticuadas y menos innovadoras que las compañías fundadas más recientemente. Como no podemos averiguar si el personal de mayor edad sería igual de innovador que sus colegas de menor edad en compañías más “jóvenes”, resulta engañoso atribuir exclusivamente un menor rendimiento innovador a la edad de la plantilla.
La tercera cuestión a tener en cuenta es el denominado “problema del huevo y la gallina”. Por ejemplo, en tiempos de recesión económica los trabajadores más jóvenes, aquellos que se encuentran en edad de máximo rendimiento, con conocimientos formales actualizados y experiencia profesional adecuada, podrían ser los primeros en apreciar opciones laborales alternativas fuera de la compañía, mientras que los trabajadores de mayor edad tenderían a quedarse. Si, al mismo tiempo, el rendimiento innovador decrece, sigue sin estar claro si se debe a la menor capacidad creadora de los trabajadores mayores o si, por el contrario, se debe a una recesión económica general que incide en su la capacidad innovadora de la compañía.
Finalmente, el cuarto aspecto a tener en cuenta está relacionado con la dificultad de separar el efecto de edad del efecto cohorte, que resulta de las diferentes experiencias en educación, actitudes de trabajo e historias laborales que las sucesivas generaciones pueden haber tenido. Debido a que gran parte de estas experiencias específicas de las cohortes han cambiado profundamente durante los últimos años, los empleados senior de mañana podrían ser sustancialmente más competentes con relación a sus homólogos de hoy.
Escasez de evidencias sólidas relativas a la edad de la fuerza laboral y la innovación
Frosch concluye que las evidencias sólidas de la relación entre la edad de los trabajadores y la innovación siguen siendo escasas. En este sentido, puede que a los trabajadores mayores les vaya mucho mejor en materia de innovación de lo que parece una vez eliminada la subestimación sistemática de su capacidad innovadora. Mantener las ruedas de la innovación en movimiento sobre las espaldas de una plantilla envejecida es posible, por lo que que llevar a los trabajadores de mayor edad “al desguace” significaría desperdiciar un recurso valioso.
Please note that only the English version is citable as this is the version that has been approved by the author(s). Please cite the PopDigest as: Frosch, Katharina (2012): Scrapheap or Indian Summer: How innovative are our economies in times of aging workforces? PopDigest 18. Berlin: Population Europe. Available at: http://population-europe.eu/pop-digest/scrapheap-or-indian-summer. (Date of Access)
This Population Digest has been published with financial support from the Progress Programme of the European Union in the framework of the project “Supporting a Partnership for Enhancing Europe’s Capacity to Tackle Demographic and Societal Change”.