Un creciente número de personas en los países con altos ingresos sobrevive a su décima década. Esta población va a seguir creciendo en el futuro, tanto en términos absolutos como en porcentaje de la población mayor. Esta evolución ha suscitado preocupación sobre el aumento del grado de fragilidad y discapacidad a estas edades y los costes personales y sociales derivados.
Sin embargo, poco se sabe sobre el estado de salud de las personas de edad más avanzada y de aquellos que viven en residencias, y son pocos los análisis que comparan cohortes de nacimiento bien definidas. Para llenar este vacío, el equipo liderado por Christensen compararon el funcionamiento cognitivo y físico de dos cohortes de nonagenarios daneses nacidos en 1905 y 1915. Las cohortes fueron identificadas a través del Danish Civil Register System, que desde 1968 guarda un registro de todas las personas que han vivido en Dinamarca. No se aplicó ningún criterio de exclusión: se incluyeron todos los nacidos y residentes en Dinamarca de ambas cohortes, independientemente del tipo de residencia, estado de salud o estado cognitivo. La cohorte de 1905 incluye un total de 3.600 personas y la de 1915 un total de 2.509. La evaluación consistió en una entrevista, pruebas físicas y cognitivas y la toma de muestras biológicas, como muestras de sangre o el raspado bucal.
Figura 1: Resultados de las pruebas de las dos cohortes consideradas: mini-examen de estado mental medido en una escala de 0 a 30, puntuación cognitiva compuesta, medida que comprende las puntuaciones de cinco testes cognitivos, sensibles a cambios relacionados con la edad (media 0, desviación estándrar 3,6) y actividades de la vida diaria valoradas en una escala de 0 a 4.
Importantes mejoras en el funcionamiento cognitivo
Los resultados muestran que la probabilidad de sobrevivir desde el nacimiento hasta la edad de 93 años es un 28% mayor para la cohorte de 1915 que para la de 1905 (el 6,50% frente al 5,06%), y la probabilidad de alcanzar los 95 años es un 32% mayor entre los nacidos en 1915 (el 3,93% frente al 2,98%). A pesar de contar con dos años más en el momento de la realización de la evaluación, la cohorte de 1915 obtuvo una puntuación significantemente mejor que la de 1905 tanto en las pruebas cognitivas, como en las relacionadas con las actividades cotidianas. Esto sugiere que cada vez más personas sobreviven hasta edades más avanzadas con un mejor funcionamiento a nivel general. La mejora más evidente entre las dos cohortes se observa en el funcionamiento cognitivo, mientras que las pruebas de rendimiento físico y la sintomatología depresiva no revelaron importantes diferencias. Tanto para el mini-examen del estado mental como para las pruebas cognitivas compuestas, los hombres obtuvieron mejores puntuaciones que las mujeres en ambas cohortes.
Estos hallazgos sugieren que las mejoras en las actividades de la vida diaria a edades muy avanzadas se basan no sólo en la mejora del funcionamiento cognitivo, sino también en la mejora de las condiciones de vida, que incluyen una mejor asistencia a la movilidad y la independencia mediante el uso de caminadores, sofisticadas barras de seguridad, rampas o sillas giratorias.
Los beneficiarios del progreso médico
Dos procesos opuestos afectan la salud de las sucesivas cohortes. Por un lado, la cohorte sucesiva podría beneficiarse de los progresos en la salud resultantes de una prevención más efectiva de las enfermedades, como la vacunación contra la gripe, los fármacos para controlar la presión arterial alta y el colesterol, o los mejores tratamientos para las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Junto con estos logros médicos directos, la salud de la población también se beneficia de la mejora del nivel de vida, del aumento del nivel educativo, de una dieta más saludable y del ejercicio, ayudando a los miembros de las sucesivas cohortes a alcanzar edades más avanzadas en un mejor estado de salud. Este proceso es conocido como el efecto éxito del éxito (success-of-success), según el cual las mejoras del estado de salud en edades tempranas se traducen en cohortes más saludables a edades avanzadas.
Por otro lado, el número de personas de la cohorte sucesiva es mayor, debido a las vidas que han sido salvadas gracias a los progresos médicos. De este modo, los supervivientes adicionales podrían tener un peor estado de salud y, probablemente, hubieran muerto si pertenecieran a las cohortes anteriores que vivieron condiciones de vida menos favorables y peores tratamientos médicos. Este proceso es conocido como el efecto fracaso del éxito (failure-of-success), según el cual salvar vidas podría reducir la media del estado de salud general permitiendo que personas muy frágiles alcancen edades más avanzadas de las que hubieran conseguido si hubieran nacido antes.
Los resultados de este estudio muestran una evolución positiva entre las cohortes de nacimiento, sin ninguna evidencia del efecto denominado fracaso del éxito. Por el contrario, la cohorte del 1915 obtuvo mejores resultados que la del 1905 en las pruebas cognitivas y en la escala de valoración de las actividades cotidianas, a pesar de ser dos años mayor al momento de la realización de las pruebas, lo que sugiere una influencia neta del efecto éxito del éxito, con un mayor número de personas viviendo hasta edades más avanzadas con un mejor funcionamiento general.
Please note that only the English version is citable as this is the version that has been approved by the author(s). Please cite the PopDigest as: Vono de Vilhena, Daniela, and Matthiesen, Sigrun (2014): Older but Fitter: Physical and cognitive functioning of people over the age of 90: a comparison of two Danish cohorts born 10 years apart. PopDigest 47. Berlin: Population Europe. Available at: http://population-europe.eu/pop-digest/older-fitter. (Date of Access)
This Population Digest has been published with financial support from the Progress Programme of the European Union in the framework of the project “Supporting a Partnership for Enhancing Europe’s Capacity to Tackle Demographic and Societal Change”.